Vivir para trabajar o trabajar para vivir
Tanto Gobierno como empresarios y, por supuesto, trabajadores, están de acuerdo en que es necesario una mayor armonía entre la vida laboral y la personal.
“Una cosa es estar en el lugar trabajado y otra es trabajar”. Esta frase de Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios, refleja lo que está ocurriendo en España. De hecho, según un informe del Eurostat, España está a la cola de la productividad de los países europeos y eso que aquí se trabaja dos horas más a la semana que la media de la UE. Es decir, bregamos mucho, pero mal.
Sin embargo, algo se está moviendo en este sentido. Tanto Gobierno como empresarios y, por supuesto, trabajadores, están de acuerdo en que es necesario una mayor armonía entre la vida laboral y la personal. De hecho, entre diciembre de 2005 hasta ahora, varios ‘actos’ lo avalan. Primero la publicación del Libro Blanco de la Comisión para la Racionalización de los horarios españoles, con un prólogo del propio Jordi Sevilla; después, la puesta en práctica del Plan Concilia para los funcionarios, un paquete de medidas para armonizar la vida personar y laboral; luego, las declaraciones de Jesús Caldera en Europa contra las 65 horas semanales propuesta por Gran Bretaña...
Los diez días de permiso para un padre por nacimiento, acogimiento o adopción de un hijo, reducciones de jornadas según los casos de hasta un 50%, o las excedencias de hasta tres años son derechos con los que nuestros abuelos ni siquiera soñaron, pero de los que ya disfrutan algunos trabajadores -para ser más concretos, los funcionarios- a raíz de la puesta en marcha del Plan Concilia . A partir de aquí, el Gobierno pretende desarrollar una normativa parecida que alcance a todos los trabajadores, con el consenso de asociaciones empresariales y sindicatos, aseguran desde el Ministerio de Administraciones Públicas. Y es ahí donde habrá que consensuar las diferentes posiciones.
El Círculo de Empresarios, en su reciente informe titulado ‘Conciliación y Competitividad’, da la bienvenida a este tipo de políticas y aseguran que “es necesario facilitar un equilibrio entre las facetas personal y profesional de los trabajadores”. Pero también pide al Gobierno una mayor descentralización de la negociación dentro de las empresas, por ejemplo, en las normas que regulan la negociación colectiva y la contratación a tiempo parcial. En resumen, que sean los trabajadores y empleadores quienes apliquen un enfoque más flexible a la organización del trabajo.
También UGT y CCOO han criticado algunos puntos del Concilia, sobre todo en relación con la redistribución de los horarios que la Administración Pública fija y que tiene su tope máximo en las seis de la tarde. “Lo importante del plan no es que los funcionarios terminen a las seis de la tarde sino que exista flexibilidad dentro de la jornada”, declaró Paco Palomares de CCOO a la Agencia Efe.
Empresas más flexibles
La sociedad CVA, Comunicación de Valor Añadido, lleva ya cinco años premiando a nivel nacional –desde hace tres años también en la Comunidad de Madrid- a las empresas que dan más facilidades a los empleados para conciliar su vida personal con la laboral. La selección se realiza a través de un test que se manda a las diferentes compañías, diferenciadas entre grandes, medianas y pequeñas, que rellena el responsable de recursos humanos.
Una vez que reciben los cuestionarios, CVA visita las empresas que más puntos han obtenido para hacer las mismas preguntas a los empleados. “Muchas veces nos encontramos con que los trabajadores desconocen o no son conscientes de las facilidades que les ofrece su propia empresa”, afirman en CVA.
Lo que se valora es principalmente la flexibilidad de horarios, de permisos, si existe servicio de guardería o alguna subvención para ello, los beneficios extrasalariales, asesoramiento personal y profesional, etcétera.
Empresas pequeñas como DECEPAL y grandes como IMB, Caja Madrid o Nokia son algunas que se han distinguido con el galardón. Pero, eso sí, se trata de un premio simbólico sin ninguna cuantía económica, sólo una distinción y reconocimiento representado en una estatuilla del escultor vasco Javier Santurtún.
Fuente: El confidencial.com